El día que entendí el SILENCIO

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Anoche soñé con  mi Tía Margarita ,

Soñaba que me levantaba muy temprano como siempre que dormía en lo de mi buchi (mi Abuela paterna) , tomábamos mate con menta en el jardin bañadas de ese fresco  de primavera ,  comiendo las tostadas que me preparaba Margarita ,mucha manteca , mucho dulce de leche.

Mientras las comía feliz , al rayo de Sol , arropada con mantas tejidas por mi Abuela , 

 me contaba la historia de como sus padres  escaparon en plena guerra de Alemania para Argentina , e diferentes barcos encontrándose en un pueblito de Córdoba , 

con sus nombres cambiados , el semblante gris y su alma quebrada por el desarraigo.

Riéndose por su soltería acotaba : "que destino loco te propone el amor" , a mi , me falto viajar en barco!

(Margarita , nunca se caso , trabajo en una fabrica de textil hasta jubilarse , hostigada por la sociedad , ya que en aquellos tiempos eran muy marginadas la mujeres sin esposo , independientes)

Obnubilada mientras me relataban sus viviencias, observaba como entre los arboles se escurrían rayos reflejandoce en esa piel lisa y blanca de la cara.

Después , con el griterío de las gallinas nos levantábamos para darles maíz ,  me trepaba al tacho donde lo guardábamos y lo juntaba en tachos diferentes para darles durante el día.

Mi sonrisa rebalsaba de la cara , cada vez necesitaba menos troncos para poder sacarle la tapa.

Y de golpe sin poder saludarla , abrazarla , olerla , 

Me despierto a pocas horas de comenzar la jornada , con el corazon a punto de salir de mi cuerpo , con muchas lagrimas , las manos húmedas.

Se podían escucharon a los pájaros y a mi respiración que había cobrado vida.

Así ,  tal cual reviví en mi sueño una porción de mi infancia, 

Largas caminatas en busca de comida para los animales hacíamos con Margarita , eternas historias que recuerdo con cariño , 

Historias de viajes , Olor a miel , Pelo de color Blanco , pequeñas pecas y su suave voz. 

Nunca había sentido tanto la falta de Margarita como esa madrugada , me dolía la piel , ya no era una pequeña con las manos llenas de barro  entre las gallinas buscando huevos , ya no me parecía imposible treparme al árbol de mandarinas , 

Había dejado de calzar 32 hace rato y había más recuerdos que personas pero esta vez era diferente , esta vez  18 años después dolía su ausencia .

Estuve toda la mañana tratando de recordar como fue mi despedida , la última vez que la vi 

Hasta que no pude más y la llame a mi Abuela (Su hermana) , 

-Ella me respondió que no hubo despedida , que no hizo falta despedirla , y tendió en llanto. 

Mi Buchi es la última de 13 hermanos , y luego de la muerte de mi abuelo convivió con mi Tía hasta sus últimos días. 

Y justo ahí recordé , una tarde después de volver de colegio busque a Margarita para que me ayude a juntar mandarinas , al no encontrarla acudí a mi abuela, 

Me abrazo y en silencio con ese amor de madre que la caracteriza  me contó todo mientras sus lagrimas caían de su corazon.

A.